22.1.14

Sin luces ni silencios.




Tan sólo la mimosa,
los eneros lluviosos,
verdor aporta.

Un verdor apagado
y amarillos glomérulos
cuando germina,
que raudos se marchitan
con la siguiente luna
y se ensombrecen.

Sin luces, ni silencios,
el corazón presagia
noches de escarcha.