16.3.15

Aquel lejano septiembre (1).


I

Cómo querríais saber el fondo de mi alma...
pagad por ello las sumas infinitas
de la verdad y la pureza,
entregadme aseguradas felicidades plenas
y no conseguiríais arrancar el misterio
que forma parte innata de mi carne.
¿Por qué me preguntáis por el enigma
que encierra un corazón tan prieto como un puño?

Dejad que corra el agua por barrancos,
que el mar bese la arena cada noche,
interrogad a sus espumas,
escuchad a las flores, mirad los minerales
y sabréis un secreto de pasiones ocultas
que llevan al profundo silencio de la nada.





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