24.6.15

Razón de las lágrimas (10).


Para decirme adiós, has elegido
no el paisaje neutral de los rastrojos,
sino la sugerencia del barrueco,
el olor de sus flores, sus granitos,
la orilla de sus aguas, su silencio...

Van pasando las horas... ¿nos sentimos unidos?

Me dices que he bebido
el beso que pusiste con amor en mi vaso.
Me regalas canciones que sugieren cariño
cantadas con el alma que destila tu música.
Te seducen mis versos. Te embriagan mis palabras
como licor de albaricoque amargo.
Te he recolectado espárragos silvestres.
Con la flor del almendro coroné tus cabellos
y has leído mis manos que dicen que te quiero...

Recostado en tu seno con ternura,
si cayese la bóveda celeste
detenido sería ese momento
en que beso tu cuello de gacela...

Van pasando las horas... ¿nos sentimos unidos?

Se hace un hueco la tarde entre nosotros
cuando piensas en otros un instante,
alejando mis besos no robados
mi amor teje su urdimbre de celos y de ansias...

Tus nostalgias alientan mis tristezas,
y tan sólo retengo el frío de tus manos...
Eres virgen del miedo
                                          que ahora desconoces
el precio de mi alma...
Te vas
y prisionero me encuentro de tus ojos.

Van pasando los días sin sentirte cercana.

Para pedir que vuelvas... he mirado en el cielo
un eclipse de luna (igual al que yo siento),
también, como querías, esa luna de Pascua,
espejo de recuerdos, de estimas, de deseos,
que uniría las almas con telúrica fuerza
si pensamos al tiempo uno en otro, amor mío.

CRÓNICA DE UN AMOR HECHO PEDAZOS.


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