19.6.15

Razón de las lágrimas (8).


Una tarde cualquiera,
una búsqueda leve,
un contenido anhelo
y apareces...

Entre rumor de pájaros,
confidencias y afanes,
mutuos roces, miradas...
tus gestos, mis deseos,
permanecemos juntos una tarde.

No era cualquier tarde...
era la primavera
que elimina la brisa
que dibuja la blusa
que desnuda tu cuerpo...

Mi añejo corazón
se torna encadenado
a tu aliento, tu risa o tu cabello suelto
y mantiene mi dicha
y te mantiene
largo tiempo a mi lado,
temiendo que la noche
caiga sobre tus ramas de encina y madreselva
y el adiós se presente
fugaz y presuroso
e inevitable rompa
el cristal del instante
que presupone el beso,
ese beso no dado y sin embargo cierto...

(el aire te besaba
uniendo nuestros labios
cuando te despedías).

No he conseguido verte desde entonces
pero escribo recuerdos, (no sabes que te quiero),
para hacer más llevadera la locura.

PRIMAVERA.


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