8.7.15

Razón de las lágrimas (16).


Ahora son las cuatro de la tarde,
la lluvia ha comenzado su llanto desolado
como hace un año apenas
cuando un primer soneto escribían tus ojos,
o cuando caminabas entre los tulipanes.

Abandonado a todas soledades
-oyendo rock and roll de los sesenta-
no puedo
                    eliminar los blancos guardapolvos
de todo el mobiliario de nuestros corazones,

sacudir telarañas formadas en las almas,

añorar la llegada de ángeles nocturnos
-cual turbadores súcubos-
que calmen con ternura el dolor de mis sueños:
Aquel otoño nuestro, amarillos los álamos,
andando por la lluvia...
                                              cogidos de las manos.

UN SENDERO DE LLUVIA.


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