“Ne sachant qu’inventer
pour t’offrir mes ennuis...”
Jules Laforgue.
Visión maravillosa y añorada,
cuadro de exposición itinerante,
la figura barroca de un arcángel
reencarnación fugaz de tu presencia.
Si se desnuda el ángel, transparente
su éxtasis perdura y aparece,
andrógina de senos cristalinos,
encendida pasión atormentante.
Gozo de estremecido cuello impúber,
sensualidad de labios entreabiertos
casi más turbadora que tus ojos,
-ya seas un íncubo o un súcubo-
ven tú, mi Uriel, mi arcángel del deseo,
fuego de dios, te espero cada noche
de mi oferente cuerpo tan lejana
como tu especular reflejo amado.
COMBATE DEL HASTÍO.