22.2.16

Desventura.


Te escondes -oh! Susana- de miradas intrusas,
pero mis ojos buscan  livianos  intersticios
para espiar extático tu serena belleza
modelada en tu carne como una diosa griega.

Tu sonrisa me cedes cuantas veces la pido,
generosa,  no sabes lo que en mí significa
haciéndome ilusiones de ostentar hoy conmigo
la exclusiva ternura que tu cuerpo sublima.

Pero sé que tú sabes que darte nada puedo
que compense la vida que atrevida comienzas,
tu mundo por delante casi no necesita
del poco amor maduro que supiera ofrecerte
frente a los entusiasmos de todo cuerpo joven
que de dicha te colme,
                                         despreocupada amiga
no sospechas apenas si mis ojos revelan
que, para mí, tu alma mi enfermera sería.

DESVENTURA.
[14/02/2016]



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